
Hoy en día, comprar un Satisfyer online en una tienda erótica nos parece lo más normal del mundo. Sin embargo, antes de llegar a este punto de normalización, el vibrador femenino pasó de estar recetado médicamente a convertirse en un juguete sexual prohibido. Hoy te contamos la historia de este artículo, uno de los más vendidos en nuestra tienda erótica, especialmente desde la llegada del succionador de clítoris Satisfyer.
Los comienzos del vibrador en tiempos de histeria
Si te contamos que en el siglo XIX las mujeres acudían a la consulta médica acompañadas de su madre y de su marido para que el doctor estimulara sus genitales hasta alcanzar el orgasmo, seguro que piensas que nos hemos vuelto locos. Pero aunque no lo creas, eso era lo que pasaba.
En aquellos tiempos, muchas mujeres sufrían una especie de enfermedad denominada histeria femenina. Entre sus síntomas habituales se encontraban la irritabilidad, el insomnio, la apatía, el desánimo… Ningún médico era capaz de explicar científicamente qué causaba este malestar entre la población femenina pero sí encontraron una manera de combatirla, aunque fuera temporalmente: proporcionándoles un orgasmo.
De esta forma, cuando una mujer comenzaba a notar alguno de estos síntomas, acudía al médico que, si confirmaba que se trataba de un caso de histeria femenina, decidía recetarle un orgasmo como solución a sus problemas de salud.
A finales del siglo XIX, la histeria femenina se había convertido en una auténtica epidemia que afectaba a más del 70 % de las mujeres. Este dato no resulta descabellado si tenemos en cuenta que cualquier síntoma físico extraño cuya naturaleza no pudiera demostrarse era considero una manifestación más de la histeria. En tiempos en los que no existían especialistas en salud mental ni en trastornos psicológicos, prácticamente todas las mujeres eran diagnosticada con esta enfermedad en algún momento de su vida.
¿Y qué ocurrió entonces? Pues que era tal la cantidad de mujeres que acudían al médico para que este remediara su histeria que llegó un momento en el que los doctores no podían realizar tantos “masajes pélvicos” a las pacientes.
Por eso, en el año 1880, el médico Joseph Mortimer ideó una máquina eléctrica con forma de falo que realizaba el mismo masaje aliviador pero con más rapidez y eficacia, permitiendo tratar a las mujeres que sufrían histeria en periodos de tiempo inferiores a 15 minutos. Así es como nació el primer vibrador eléctrico.
Además, que al poco tiempo se produjera la llegada de la electricidad a los hogares hizo posible que el vibrador comenzara a comercializarse como aparato terapéutico para tratar la histeria, que así podía curarse en casa sin necesidad de acudir al médico. Que fuera necesaria la receta médica para su compra permite entender cómo en una sociedad tan arcaica, los vibradores se adquirieran con total naturalidad y de manera explícita.
De la recomendación médica a comprar de Satisfyer online
Cuando en 1952 la histeria fue declarada un mito por la comunidad científica y dejó de formar parte de las enfermedades “reales”, los vibradores comenzaron a utilizarse en términos exclusivos de placer, algo que provocó que su compra pasara a ser propia de mujeres “poco honorables”. Durante muchos años, la venta llegó a estar si no prohibida, sí muy limitada y dentro de la clandestinidad.
Poco a poco, los vibradores fueron dejando de ser aparatos malditos para comercializarse de manera pública. Y así hasta que llegar a la situación actual en la que hombres y mujeres pueden adquirir vibradores con total naturalidad.
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