
Tal vez no todos lo encuentren siempre, pero el Punto G es ya un viejo conocido en las relaciones sexuales. ¿Y si tuviéramos que buscarlo en la anatomía masculina? Sí, ellos también tienen ese punto de debilidad (o de placer extremo) y tienen derecho a explotarlo tantas veces como sean necesarias. Es lo que se conoce como el Punto P y, por si no habías oído hablar de él todavía, vamos a desvelar todos sus secretos.
Deja a un lado los estereotipos y pon en práctica lo que, desde hace años, se ha convertido en la mejor fórmula para disfrutar del sexo al máximo: abrir tu mente. Desde Sweet Sin te ayudamos a encontrar el Punto P y te contamos algunos secretos para estimularlo de manera adecuada.
¡Ah! Una advertencia antes de empezar. Un orgasmo de la mano de este punto clave en los hombres puede ser mucho más intenso que cualquier otro intento con relaciones sexuales, con tácticas más convencionales o, incluso, con el nuevo Satisfyer Men.
¿Qué es, dónde está y cómo “accionar” el Punto P?
Si tienes próstata o tu pareja la tiene, este post es para ti. Porque es ahí, precisamente, donde se ubica el protagonista de nuestra historia con final feliz de hoy. El Punto P o Punto G masculino es una pequeña glándula con forma de nuez ubicada debajo de la vejiga y delante del recto. Las coordenadas [casi] exactas donde debes buscar es a unos 6 cm hacia el interior del ano. Y ¡bingo! Ahí puedes estimular de manera interna (mediante penetración), pero también de manera externa.
Es en estos momentos cuando los hombres heterosexuales empiezan a recular y a renunciar a la búsqueda y estimulación de su Punto P. Para ellos y para todos los que no tienen claro si quieren encontrarlo, basta decir que se trata de una zona llena de terminaciones nerviosas. Así, con un sencillo pero certero masaje prostático, se pueden conseguir resultados mucho más intensos y placenteros que con cualquier otra relación sexual (prácticas orales incluidas).
Ya sabes qué es y dónde está. Ahora llega el momento de aprender a estimular el Punto P. Las primeras veces, como en todo, puede resultar un poco raro. Pero no tardaréis (tú o tu pareja) en cogerle el truquillo. Empezad lubricando la zona con un producto al agua y aumentando el nivel de excitación, puesto que cuando más crezca el mal llamado Punto G masculino más fácil será de encontrar. Utiliza el dedo para aplicar un masaje en la zona del perineo y vete introduciéndolo poco a poco en el ano. Puedes utilizar un preservativo para ello y, siempre, un buen lubricante. Una vez localizada la próstata, puedes estimularla de dos maneras diferentes: presionando suavemente, como si fuese un botón; o colocando el dedo en dirección a la pared abdominal y doblándolo ligeramente, como si estuvieses pidiendo a alguien que se acerque.
Poco más podemos contar. Ahora es tu momento de buscar, encontrar y experimentar las sensaciones de la estimulación del Punto P.